El terror vikingo I


Los demonios norteños

A finales del siglo VIII, surgieron de los helados mares del Norte para tomar por asalto el mundo. En los 300 años siguientes atacaron a las naciones civilizadas.   

Nada podía detenerlos, ni los océanos, ni el miedo a lo desconocido, ni los gobernantes de Europa…

Eran los vikingos.  

Detrás de sus leyendas barbáricas hay una realidad más espectacular; los vikingos eran exploradores, colonos, comerciantes, y cruzaron los mares en busca de botines y riquezas.   

Desde las orillas de América del Norte hasta los mercados de Bagdad, abrieron las fronteras a asombrosos cambios sociales, políticos y económicos. Después desaparecieron.   

Venían de una tierra con fiordos de aguas muy profundas, granjas pobres y duras rivalidades de clanes, lo que hoy es llamado Escandinavia.   

La era vikinga

Al comienzo de la Era de los Vikingos, la granja familiar era la unidad económica básica de los noruegos; como eran granjeros y ganaderos, sembraban granos y vegetales en las épocas cortas de cultivo y dependían mucho de su ganado.   

Pero la paz en las tierras del Norte estaba llegando a su fin. La creciente población vikinga exigió tener más tierras cultivables y surgieron grandes tensiones.   

Inevitablemente, la violencia irrumpió entre los clanes cuando los más fuertes atacaron a los más débiles. Con brutal violencia, los saqueadores cayeron sobre los granjeros con hachas y espadas; se produjo una lucha por tierras totalmente anárquica.   

Como había pocas tierras y riquezas disponibles en las regiones del Norte, algunos vikingos olvidaron sus disputas y se prepararon para buscar fortuna en otro lado.   

Drakkar o barco largo vikingo

Las manos y herramientas que usaron antes para hacer las vigas de los graneros, las utilizaron entonces para hacer algo que cambiaría para siempre la vida de su pueblo: la creación del drakkar o barco largo vikingo.   

Estas extraordinarias naves de guerra de diseño revolucionario llegaron a cambiar el curso de la historia y dieron origen a una embestida que dominó Europa y otras zonas durante los siguientes tres siglos.   

En sus barcos, los vikingos utilizaron sus antiguas técnicas para hacer botes y sus habilidades como marinos. El resultado fue un barco de poco calado y gran adaptabilidad, fue una maravilla tecnológica en esa época.   

Este pueblo no era guiado por un Rey único o un gobierno central. Cada aldea noruega actuaba en forma independiente y tenía su propio Rey.   

Los vikingos se unían para realizar sus audaces misiones, dejando a sus esposas e hijos y yéndose al mar. Su objetivo era saquear, y para ello se armaron de forma adecuada.   

Saqueo de Lindisfarne en el año 793

Unas de las primeras víctimas de sus saqueos fueron los monjes de Lindisfarne, en las costas de Inglaterra, en junio del año 793.

Allí se encontraba el Monasterio de Saint Cuthbert, uno de los sitios más sagrados de las islas británicas, rico en religiosidad y en tesoros más tangibles también.   

Los monasterios de las costas eran atractivos para los vikingos debido a su gran acumulación de riquezas y la pasividad de los monjes. El libro “Crónica Anglosajona” es la fuente primaria de la historia de Inglaterra desde el siglo V hasta el siglo XI.   

Allí se registró el terror causado por estos invasores, en él se dice:

“Los estragos de esos paganos destruyeron la Iglesia de Dios en Lindisfarne, asesinaron y saquearon”. 

Crónica Anglosajona

La historia marcó este ataque blasfemo a esos monjes y sus tesoros, en el año 793, como un hito. Fue la primera incursión marina importante de los vikingos, pero Lindisfarne y los otros monasterios vulnerables en las costas de las islas británicas fueron solo el comienzo.   

A finales del siglo VIII, los vikingos pusieron sus miras en premios mayores. Las principales ciudades de Europa estaban a punto de sentir el poder y la furia de estos noruegos.   

Barbarie vikinga

A mediados del siglo IX, unos cincuenta años después de lo sucedido en Lindisfarne, el rumor de las riquezas de Europa se había expandido mucho.   

Familias noruegas, aldeas y comunidades enteras se unieron para construir barcos largos. Planeaban mejorar sus condiciones a expensas de los incautos pueblos al otro lado del mar.   

Los grupos de vikingos se hicieron a la mar sin tener a un líder único que los uniera a todos. Sus flotas a veces estaban compuestas de decenas de barcos, cada una de ellas actuaba en forma independiente, lo que hacía que fuera más difícil detener sus ataques.   

Asimismo, Europa es un continente que se destaca por su red de ríos grandes navegables, a diferencia de otros que tienen muy pocos. Ésto facilitó el trabajo de los vikingos, quienes podían entrar casi en cualquier extensión de agua debido a que sus naves eran largas y estrechas.   

El vikingo Ragnar en Francia

Uno de los primeros ataques por río ocurrió el año 845 d.C. gracias al famoso líder vikingo Ragnar, un danés.

Con una flota de 120 barcos, cuyo camino era el Sena y el objetivo París, diezmaron las fuerzas francesas a orillas del río y condujeron a sus prisioneros a un terrible final.

Se dice que los guerreros de Ragnar ahorcaron a 111 soldados capturados ese día.   

Un monje local llamado Ermentarius describió la matanza y destrucción vikinga que siguió por muchas décadas a lo largo de los ríos Sena, Loira y otros más; él escribió:

“El número de barcos creció, la corriente incesante de vikingos no deja de crecer. Por todos lados los cristianos son víctimas de masacres, incendios y saqueos. Los vikingos conquistan todo lo que esté a su paso y nada puede resistirse a ellos”. 

Ermentarius

Cuando las enormes flotas vikingas enfilaron hacia París, una ciudad grande y bien defendida, el Rey de Francia, que entonces vivía allí, optó por no enfrentarse a estos bárbaros y correr el riesgo de que la ciudad fuera destruida.   

Ragnar y Carlos el Calvo

Carlos el Calvo, Rey de Francia, le pago a Ragnar casi 6 toneladas de plata y oro para que los invasores se fueran y no volvieran jamás. Pero eso produjo el efecto contrario, al regarse el rumor de que podía obtenerse un botín y un tributo semejante, habiendo tierras y bienes por todos lados, los saqueos en el Norte de Europa y el resto del continente continuaron con gran fervor.   

Entre los años 790 y 1100, los vikingos usaron todo río y extensión de agua para ir al corazón del continente. Sin embargo, a estos bárbaros les esperaba también un nuevo mundo.   

Los noruegos escribieron el que fue quizás el episodio más colorido de la historia vikinga como exploradores temerarios que colonizaron Islandia, Groenlandia y otras tierras lejanas.   

Nuevo mundo

Con la colonización de Groenlandia surgió la historia de dos legendarios vikingos noruegos: Erik el Rojo y su hijo Leif Erikson. Cuando el padre de Erik fue desterrado por homicidio, éste abandonó Noruega con su familia y se instaló en Islandia.   

A finales del siglo X, Erik Thorvaldson, llamado “el Rojo” por el color de su cabello, también tuvo que enfrentarse a una acusación de homicidio y fue desterrado, por lo que se decidió a explorar las tierras que su amigo Gunnbjörn Úlfsson había avistado al Oeste de Islandia.   

Así llego a la costa Este de Groenlandia y se convirtió en el primero en colonizar esa tierra inhóspita. Erik comenzó a promover esas tierras pero sin decir que sólo un pedazo de la costa era habitable, dijo: “Tenemos Groenlandia, es una tierra verde”.   

Es indudable que algunos fueron, vieron como era en realidad y volvieron a sus casas; pero muchos vikingos robustos y fuertes se quedaron ahí y tuvieron una vida muy dura. El suelo no era muy arable, aunque se podía pescar y había otros tipos de carne disponibles.   

Erik y Leif

Durante el liderazgo de Erik el Rojo, sobrevivió en esa tierra lejana una sociedad agraria noruega. Como órgano de gobierno, los aldeanos formaron una especie de asamblea pública o corte judicial como la que tenían en su tierra natal. Allí los hombres libres tenían derecho a hablar para defenderse y tratar asuntos de interés comunitario.   

De esa comunidad de hombres libres surgió el hijo de Erik el Rojo, Leif Erikson. Al igual que su padre, él ansiaba explorar nuevas tierras y en el año 1000 se hizo a la mar.   

¿Dónde está Vinlandia?

Al seguir los rumores acerca de una tierra desconocida al Oeste, Leif Erikson descubrió un nuevo mundo. Durante la travesía hizo escala en Helluland (quizá la Tierra de Baffin), Markland (quizá Labrador) y por último en Vinlandia.   

Los especialistas en la materia aún no se han puesto de acuerdo sobre la exacta identificación de Vinlandia. Mientras unos sostienen que se trata de Terranova, para otros se trata de Nueva Escocia, o incluso de Nueva Inglaterra.   

Lo cierto es que en 1963 los arqueólogos encontraron unas ruinas vikingas en L’Anse aux Meadows, en el norte de Terranova, que corresponden a la descripción que hizo Leif de este lugar.    Quinientos años antes de que Colón hiciera su histórico viaje, los vikingos ya habían unido el Hemisferio Oriental con el Occidental.   

Después de pasar el Invierno en Vinlandia (Terranova), Leif Erikson volvió a Groenlandia y les presentó una novedad a los colonos de la Isla…   

Con las mismas herramientas con que hacían sus barcos largos, hicieron unas cruces de una nueva religión, decidiendo así convertirse al Cristianismo.     

A comienzos del siglo XI, 200 años después del ataque a Lindisfarne, el pueblo noruego aún no tenía un Rey único. Al expandirse la influencia de los vikingos, el resto del mundo los moldeó a ellos. Sus líderes vieron al Cristianismo como un medio para unirlos y para ejercer un mayor control.


 

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