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Cruzadas. Una historia de la Guerra Santa de Alain Demurger

 

Ficha bibliográfica

Alain DemurgerCroisades et croisés au moyern âge, Francia, Éditions Flammarion, París, 2006, 334 pp. Edición española: Cruzadas. Una Historia de la Guerra Medieval. Traducción de José Miguel González Marcén. Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, 2009.

Autor

Alain Demurger es un historiador francés especializado en la historia de las Cruzadas, historia de las órdenes religiosas y el estado de Francia al final de la Edad Media. Conferenciante honorario en la Universidad de París I.

Ha escrito libros relacionados con la Edad Media, órdenes religiosas y militares, templarios y Cruzadas.

Tiene varios artículos sobre estos temas y un video-documental sobre los templarios para la televisión francesa.

Resumen temático global

El autor escribe esta obra para informar y dar su opinión sobre las cruzadas basándose en documentos históricos y libros de otros autores de su época y anteriores.

Narra como se produjeron la Cruzadas basándose en las diferentes teorías que hay sobre ellas.

Sobre los diferentes hombres que se embarcaban en ellas, su financiación, las recompensas terrenales y espirituales, las poblaciones y comercio relacionados con ellas y la diferencia que para el autor hay entre Cruzada y Guerra Santa.

Examen Crítico

Para el autor uno de los mayores problemas del tema que aborda es la misma palabra ‘Cruzadas’ porque es muy difícil su definición. 

Definición

El autor es tradicionalista a la hora de definirla ya que para él el objetivo primordial era Jerusalén, es decir, recuperar este territorio que significa y significaba tanto para los cristianos.

La Guerra Santa para él significa una desviación de la idea original de ‘Cruzada’. En cambio hay otros autores como J. Riley-Smith que son pluralistas en su definición y significado de ‘Cruzada’.

Para los pluralistas lo más importante no era Jerusalén sino el origen de la Cruzadas por el papa y las instituciones. Para ellos la Guerra Santa era parte de las Cruzadas.

Concilio de Clermont

Las Cruzadas comenzaron en el siglo XI y duraron hasta el siglo XIII pero el termino ‘Cruzada’ no empieza a usarse hasta el siglo XV por lo que el papa Urbano II no pudo pronunciarlo en el Concilio de Clermont en 1095.

En este concilio el papa pedía ayuda para los cristianos de Oriente y recuperar la tumba de Cristo en Jerusalén. Para el autor era un movimiento de fe. 

El discurso del papa desencadenó la salida de peregrinos que querían recuperar Jerusalén y los Lugares Santos.

Para Alain Demurger y Herbert E. Cowdrey era una peregrinación armada.

Bula de Cruzada

La bula de Cruzada de Eugenio III en 1146 justificaba la empresa, los privilegios del cruzado y las recompensas espirituales. 

Se usaban salmos, versículos y oraciones en los oficios religiosos para que toda la población supiese las ideas de las Cruzadas y se uniese a ellas.

Estas predicaciones evolucionan con el tiempo y el contenido estaba influenciado por el desarrollo de las Cruzadas. 

Los fieles se comprometan con las Cruzadas mediante un voto, que era una promesa a Dios y se hacia publico con la toma de la cruz y se pronunciaba después de proclamarse la cruzada.

Esto se sabe a partir de algunos textos de esa época. La toma de la cruz se distribuía al final de la predicación a quien la pedía.

Era una insignia de tela de color rojo que se cosía en el manto al nivel del hombro izquierdo. Era una referencia a Cristo. Tomar la cruz equivalía a llevarla.

¿Para qué servían?

Las cruzadas tenían un valor de penitencia para los cruzados y peregrinos. 

Durante la peregrinación el cruzado visitaba santuarios, oraba, hacían ayuna, recibían bendiciones, había procesiones y misas. 

Los cruzados eran en su gran mayoría hombres de cualquier condición pero había varias excepciones como enfermos, impedidos, viejos y monjes. 

También participaban mujeres que acompañaban a sus maridos y algunas solteras y según el autor era muy probable que algunas combatieran. 

Los cruzados buscaban la salvación (perdón de los pecados que se concedía al partir a las Cruzadas y peregrinaciones), vivir aventuras y conseguir hazañas y el poder establecerse en un mundo mejor en el cielo y en la tierra.

La mayoría de expertos y autores de libros sobre este tema no difieren mucho de las teorías del autor en este punto.

Según los concilios ecuménicos de los siglos XII y XIII emitieron decretos específicos a las Cruzadas solo en lo referente a Jerusalén. Para la Guerra Santa se emitieron otros decretos diferentes a los de las Cruzadas.

Cruzada vs Guerra Santa

Por ello el autor ve una gran diferencia entre Cruzadas y Guerra Santa ya que esta última era una desviación de la idea principal y original de las Cruzadas y además ambas se pronunciaron por diferentes personas. 

Las bulas e indulgencias se concedían a los que iban a ayudar la Tierra Santa y esto indica que había una gran diferencia entre Cruzadas y Guerra Santa para la gente de aquella época. 

Como expone el autor de este libro y algunos expertos mas como el historiador Norman Housey la Cruzada era la indulgencia y no la Guerra Santa.

Era un viaje costoso por lo que el cruzado y el peregrino tenían que sufragarse ellos mismos el viaje. Esto desembocó, en algunas ocasiones, en pillaje y violencia, sobre todo en la Primera Cruzada. 

Los mas pudientes transferían alguna cantidad de dinero a Oriente antes de partir para tener asegurado el sustento mientras estaban de viaje. Otros daban en préstamo algunas posesiones como casa, terrenos, joyas, vajillas,... 

Esto se sabe por las cartas con las que se cerraba el trato en la época, que han llegado hasta nuestros días. Algunos colectivos como las cofradías y algunos ejércitos realizaban colectas comunes. 

Contribuciones a las Cruzadas

Mucha de las personas que no partían contribuían con lo que podían a la causa, algunos de forma voluntaria y otros eran forzados a ello. En las Iglesias se recogían limosnas y esto suponía una indulgencia para la gente que daba dinero.

Las Cruzadas sirvieron para conquistar los lugares por los que ellos pasaban y no eran cristianos. Hubo gente que se fue a las tierras conquistadas y se asentaron allí, formaron familias, algunos con mujeres convertidas al cristianismo. 

Esta gente que se asentó e las poblaciones conquistadas usaban el medio natural que había cerca para vivir, usando y creando producciones agrícolas y ganaderas para sobrevivir en esos territorios nuevos. 

Las Cruzadas no modifico demasiado el comercio que existía en la época pero abrió algunas vías nuevas. 


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