Mis libros

Cronologías imposibles de la Historia I: Mesopotamia

Existen indicios que demuestran que la Historia retrocede mucho más en el tiempo de lo que siempre se ha creído.

Una época remota enterrada por la arena del paso del tiempo, pero de la que conservamos algunos recuerdos…

En los libros de texto acerca de las Civilizaciones Antiguas, que se venden normalmente en las tiendas y librerías, no suelen venir los datos que veremos aquí.

Tampoco se encuentran fácilmente fotografías de los objetos y documentos de los mismos.

Es necesario por tanto profundizar más allá de lo comúnmente establecido, y recurrir a fuentes menos ortodoxas, y más difíciles de conseguir.

Fechas en la Historia Antigua

Según la Historia, el Imperio Antiguo Egipcio comenzó sobre el año 3.000 a.C.

Las noticias históricas más tempranas en Mesopotamia nos hablan del 4.000 a.C.



De estas fechas hacia atrás en el tiempo, es cierto que siguen hallándose algunos vestigios y huellas humanas en el pasado, pero todo empieza a volverse muy confuso…

En 1991 el geólogo de la Universidad de Boston, Robert Schoch detectó que la Esfinge de Guiza, en Egipto, había sufrido erosión de agua varios milenios antes de que comenzara oficialmente la civilización egipcia.

Por su parte, los investigadores Robert Bauval y Graham Hancock, autores del libro El Misterio de Orión, mediante la utilización de un programa informático que recreaba el paisaje astronómico en el pasado, calcularon que el conjunto de Guiza fue posicionado hacia la Constelación de Orión sobre el año 10.500 a.C.

El enigma del tiempo en la Historia

Y estos indicios tal vez imposibles para la Historia, pero en realidad relativamente recientes, sólo constituyen la punta del iceberg del enigma del pasado en la Tierra.

Nuestros antepasados nos contaron en sus escritos muchas cosas, por ejemplo que aconteció un Diluvio Universal, un relato que aparece en todas las civilizaciones del mundo.

Pero para la Ciencia e Historia de la actualidad, todas estas referencias no son sino fabulaciones y mitologías de unos antepasados “atrasados”, poco evolucionados y poco desarrollados.

Por si fuera poco, negar las evidencias de las pruebas del pasado, grabadas mil veces sobre tablillas, muros, esculturas... se ha convertido en una actitud moderna y en un aval de reputación científica, dentro del mundo académico y en toda la sociedad en general.

Como dice el investigador:

“Todos esos desafíos a los dogmas establecidos, no encajan con la visión que tenemos nosotros, ‘los listos’, que vivimos en nuestro mundo de bombas de hidrógeno y pastas de dientes con rayas”.

John Anthony West

Veamos algunas de las cosas que nos contaron los antiguos, y hagamos un recorrido en el tiempo, a través de los documentos que nos dejaron.

Mesopotamia

Nombre griego que significa “Entre los ríos” y que se refiere al país comprendido entre los ríos Tigris y Eufrates.

Comprendía distintas regiones como:

  • Sumeria al sur,
  • Acad en el centro,
  • y Asiria en el norte.

En muchas ciudades de esta civilización, se han hallado muchos objetos y documentos antiguos que testimonian las huellas de un pasado remoto sorprendente.

Acad

Ciudad situada a 50 km al noroeste de Babilonia, también llamada Akkad, Agade, Abu Habba, y Sippar, que significa “ciudad de libros”, lo que indica que esta población fue célebre a causa de sus bibliotecas.

Según las crónicas halladas por los arqueólogos, fue la capital del octavo monarca antediluviano, Emenduranna, quien reinó durante 21.000 años.

Las Tablillas de Nippur

Nippur o la ciudad de Nimrod, a 80 kilómetros al sureste de Babilonia, fue excavada por la Universidad de Pensilvania bajo los arqueólogos Peters, Haynes y Hilprecht, entre 1880 y 1900.

Se encontraron 50.000 tablillas que se cree que fueron escritas durante el tercer milenio a.C., incluyendo una biblioteca de 20.000 tomos, diccionarios y obras completas sobre religión, literatura, leyes y ciencias.

También se hallaron archivos de unos Reyes muy longevos.

El Prisma dinástico de Weld

Se conocen más de una docena de ejemplares de Listas de Reyes Sumerios, encontrados en Babilonia, Susa, y en la Biblioteca Real Asiria de Nínive, del siglo VII a.C.

Se cree que todos proceden de un original que probablemente fue escrito durante la tercera dinastía de Ur o un poco antes.

El ejemplar mejor conservado de la Lista de Reyes Sumerios es el llamado Prisma de Weld-Blundell.

El Prisma de Weld fue escrito en cuneiforme hacia el 2170 a. C. por un escriba que firma como Nur-Ninsubur, a finales de la dinastía Isin.

El documento ofrece una lista completa de los Reyes de Sumer desde el comienzo, antes del Diluvio, hasta sus propios días, cuando reinaba Sin-Magir, Rey de Isin (1827 a. C – 1817 a. C) incluyendo además y expresamente a los 10 Reyes Longevos que vivieron antes del Diluvio Universal.

Se trata de un prisma excelente, de barro cocido, que fue hallado por la expedición Well-Blundell en el año 1922, en Larsa. Hogar del cuarto rey antediluviano, Kichunna, unos pocos kilómetros al norte de Ur, y que posteriormente ha sido depositado en el Museo Ashmolean de Oxford.

Se cree que el objeto es anterior en más de un siglo a Abraham, y fue encontrado a poca distancia del hogar del patriarca hebreo.

La Lista de los Reyes Sumerios

“Tras descender el Reinado del Cielo, Eridú (lugar donde según la Biblia estuvo el Jardín del Edén) se convirtió en la sede del Reino”.

La Lista de los Reyes Sumerios, al igual que la Biblia, habla acerca del Diluvio:

“Después de que las aguas cubrieran la tierra y que la Realeza volviera a bajar del Cielo, la Realeza se asentó en Kis”.

El objeto de la Lista Real era demostrar precisamente que la monarquía bajó del Cielo. Y que había sido elegida una determinada ciudad para que dominara sobre todas las demás.

Beroso (Berossus), el historiador y escriba babilonio del año 300 a.C., basando su historia en archivos del Templo de Marduk, copiados a su vez de inscripciones primitivas. Muchas de las cuales han sido descubiertas, nombró a los 10 Reyes Longevos de Sumeria, que reinaron entre 10.000 a 60.000 años cada uno de ellos.

“En los días de Zinsuddu –dice Beroso– ocurrió el Gran Diluvio”.

Beroso

Tanto las Tablillas de Nippur como el Prisma de Weld dan los nombres y reinados como siguen:


“Entonces, el Diluvio destruyó la Tierra”.

Estos son exactamente los mismos reyes que cita el historiador babilónico Beroso.

Comentarios